El Parque de Valladolid es, de hecho, una de las primeras cosas que me llamó la atención en la ciudad. Es un lugar tranquilo y relajado, aunque animado, donde puedes tomar un snack, sentarte y escapar del calor a la sombra. Es un lugar muy relajado donde incluso a los lugareños les gusta sentarse a la sombra y simplemente disfrutar del ambiente. Para ser sinceros, la catedral no se ve tan claramente porque hay carreteras alrededor del parque y la catedral solo está en un lado. Sin embargo, como no sube encima de nada, se integra en el ambiente y se mezcla con el parque y los alrededores. Sólo me fijé en la iglesia cuando la vi iluminada por la noche. Mucho más elegante que de día. No obstante, es muy mona y bastante bonita.
Parque y catedral, ¿sí o no? Sí, sin duda. El parque es parte del encanto de Valladolid y, si ya estás allí, sería una tontería no echar un vistazo rápido también a la catedral.