El zoo Animaya está conectado con el zoo Centenario, pero yo los considero como separados.
Primero: Mi post sobre este zoológico no pretende ser crítico, sino completamente libre de opiniones y neutral. No estoy describiendo una opinión aquí, sino lo que he experimentado. Que es sobre todo impulsado por la curiosidad.
Para mí, Zoo Centenario era más como un zoológico como lo conozco de casa. Con diferencias, por supuesto, pero con ciertas similitudes. Animaya me recordaba más a un recinto de elefantes o algo así, pero igual estaba allí a la hora de comer. Así que esa también podría ser la razón. Yo asocio Animaya con un único recinto grande en el que entra un Jeep, distribuye comida, se saludan humanos y animales, hay caricias y comida. Una vez asimilada toda la escena, finalmente me fui y dejé atrás el tema de un zoo en un país latinoamericano.
¿Ir o no ir? Creo que eso depende de ti. 🙂