El Nevado de Toluca es un grupo de montanas cerca de la Ciudad de México, a las que se sube por un largo sedero con muchas curvas y que se acaba frente a un «lago» que se ha formado en el «hueco» del centro de las montanas.

Para ser sincera, no recuerdo exactamente quién me habló del Nevado de Toluca. Lo único que sé es que me pareció genial y quise ir. Y en mi entusiasmo, contagié a un compañero de mi hostal, que rápidamente se unió.
Como el Nevado de Toluca está un poco más lejos, nos levantamos temprano, empacamos mucha agua, comida y bocadillos y viajamos hasta el autobús temprano en la mañana.
Se puede llegar al Nevado de Toluca en autobús, que luego serpentea por una carretera con muchas curvas y donde dije al conductor del autobús en un pueblecito super chiquito que pare para que bajemos. Para ser sincera, ni siquiera sé si se puede llamar pueblo a ese pequeño punto del mapa que tenía marcado. No era más que un pequeño tramo de carretera con unas cuantas casas y algunos sitios donde comprar algo de comer. Nada más.

Una vez que llegamos, encontramos la entrada el sendero al Nevado de Toluca con bastante facilidad. Para ser sincera, sólo había una opción. Así que no se puede perder. Bueno, y entonces empecemos la subida. Aunque subida no es la palabra correcta. El camino no es realmente inclinado. Así que es muy fácil de caminar. Y los alrededores son realmente bonitos. Hay un bosque de pinos y una naturaleza preciosa por la que pasas.
Sólo habíamos subestimado una cosa: la duración del trayecto hasta el Nevado de Toluca. Y no, no nos dimos cuenta nosotros mismos. 😀 En algún momento, un carro abierto con trabajadores mexicanos pasó junto a nosotros y nos preguntó adónde íbamos. Me alegré mucho porque podía asegurarme de que estabamos llendo correcto. Pero igual así supimos cuánta ruta todavía nos esperaba. Como son los mexicanos, nos invitaron a subir a llevarnos la parte del camino que tambén ellos tenían que tomar. Y así subimos juntos con los trabajadores mexicanos por esta larga Carretera con muchas curvas hasta el Nevado de Toluca. Y sinceramente: habría sido bastante más para caminar. A mí me alegré de que nos llevaron, porque a pie habría sido demasiado tiempo, ya que el sol se hubiera ido en algun momento hasta cual entonces no hubiermos podido volver al pueblo y nisiquiera coger el autobús de vuelta a Ciudad de México con luz.
Entonces recorrimos a pie el último tramo – de nuevo en un entorno natural precioso – y nos alegramos mucho cuando por fin llegamos al Nevado de Toluca.
Un poco diferente de lo esperado, por supuesto, pero aún así realmente místico y hermoso. Ese día estaba nublado, lo que daba a todo un ambiente místico. Subimos a una de las montanas al lado junto al lago y allí nos relajamos, comimos algo y disfrutamos de la vista. Un momento realmente perfecto y feliz. 😊

Y antes de que empecéis a preguntar cómo volvimos – porque volver completamente andando no hubiera sido opción, como ya habíamos descubierto – nos llevaron bastante lejos otra vez. Alguien volvió a pasar por nosotros y nos llevó hasta cierto punto. En cuanto a eso, los mexicanos son realmente increíblemente amables, serviciales y simpáticos y… realmente no he tenido ni una mala experiencia. Tampoco cuando viajaba sola.
Como sorpresa al final, vimos una pequeña serpiente justo antes de la salida a la calle. ¡Realmente genial! Nunca había visto una así en la naturaleza.
Por último, fuimos a comer unos deliciosos tacos en un puesto de la calle. Y chicos, ¡tan increíblemente sabrosos! Claro que teníamos hambre, pero eran tacos verdes con cosas que no se consiguen en todos lados. Realmente buenos. Y el perro que esperó con nosotros al autobús y que recibió caricias… ¡Tan mono! 😊 ¡Un día realmente maravilloso en!

¿Ir o no ir? Fijo. Por supuesto no debería llover y sólo lo haría si tengo tiempo, pero la caminata es muy bonita. La naturaleza es preciosa, el Nevado de Toluca en sí merece absolutamente la pena y si te preocupa el camino, no te preocupes, alguien vendrá. Así que no debería haber problema.