Precioso y increíblemente bonito. Personalmente tengo varios muy buenos recuerdos de este lugar. Como me encantan los miradores, como ya he mencionado en otros posts, desde el primer día supe que tenía que subir a este mirador.
Curiosamente, el camino hasta el mirador pasa por callejuelas sinuosas y, para ser sincera, la primera vez seguí a otras personas. No es tan fácil de encontrar si no manejas tomar la entrada correcta o te equivocas en el camino (aunque no hay demasiadas opciones en la subida).
Cuando llegué arriba, estaba clarísimo dentro de milisegundos que acababa de haber llegado a mi lugar favorito de Guanajuato. La vista de Guanajuato desde ahí arriba es realmente hermosa. Y a la izquierda/al lado del mirador hay un cafe construido en escalones, desde donde la vista sin duda tiene ques er muy bonita también.
Aparte de eso, la plataforma en sí es grande, pero no enorme y hay escalones que bajan a la plataforma desde donde vienes, donde te puedes relajar cuando hayas disfrutado de la vista. Porque…. Allí arriba siempre pasa algo. Siempre hay gente – a cualquier hora del día o de la noche – y siempre hay buen ambiente. Sea gente tocando música o otros que llevan un altavoz, gente que ha trabajado antes en la vida nocturna o muy tarde de Guanajuato y ahora quiere disfrutar del ambiente o gente que se acerca al Pipila después de salir de fiesta para ver el amanecer. Porque sí, el atardecer, de noche, el amanecer y por supuesto durante el día también, el Pipila es precioso a cualquier hora. Tanto por el ambiente que por las vistas.
Yo misma subí una vez con uno de mis mejores amigos mexicanos después de salir de fiesta para ver el amanecer y fue simplemente mágico. Un lugar muy especial en una pequeña ciudad estudiantil muy especial.

¿Ir o no ir? Para ser honesta, la pregunta es obsoleta. Claro que tenéis que subir. Sino culpa vuestra/tuya 😀