Mérida es la primera ciudad a la que llegué de verdad en México y en la que me sentí como en casa. Aunque es bastante pequeña -al menos el centro-, Mérida sigue siendo muy animada y vibrante, es fácil salir por la noche y el ambiente general es sencillamente alegre y animado. Automáticamente te sientes a gusto. Además, enseguida te das cuenta de que has aterrizado en uno de los epicentros donde se muestra y, en mi opinión, se vive la cultura maya. Hay espectáculos de luz regulares, bailes nocturnos y, cuando estuve allí, un desfile. Igual el Poktapok, que también se presentaba mientras yo estaba allí. Pero sobre todo esto en otros posts.
Mérida me acogió con los brazos abiertos y me permitió relajarme. El parque también. Es básicamente como Mérida su misma. Alegremente animado, desierto a la hora de comer excepto por la gente que está en los bancos a la sombra porque simplemente hace demasiado calor, y luego lleno de rumores y vida por la noche. En el parque también hay mujeres que quieren venderte artesanía, gente con puestos de dulces y, por supuesto, los limpiabotas -cuando vi uno por primera vez, mi pensamiento fue “¿Todavía existe algo así?”. Pero no fue, ni de lejos, mi último limpiabotas. Están por todas partes en México 😀 
Cuando llegues al Sign, probablemente tendrás que esperar un poco para que te toque el turno, pero merece la pena. El parque se extiende detrás de la señal y la catedral se ve arriba dl senal al fondo. Así que la vista no está nada mal. 😀 La catedral en sí es muy mona y tiene un tejado muy bonito 😊
¿Ir o no ir? Como Mérida fue el primer lugar de México en el que me sentí como en casa y de verdad llegué, mi respuesta a esta pregunta probablemente no sorprende. Sin embargo, Mérida es una pequeña ciudad muy bonita donde se pueden hacer muchas cosas.
Y, por supuesto, no hay que perderse el parque de ninguna manera 😉