San Pedro Cholula, como muchos otros pueblos pequeños o más bien aldeas, es un pueblo mágico. Se reconocen por sus letras y su proximidad, al menos en la mayoría de los casos, a una ciudad más grande. Esto significa que los pueblos mágicos suelen ser bastante adecuados para una excursión de un día. Esta no es directamente la razón por la que los pueblos mágicos se convierten en pueblos mágicos. Más bien, todos tienen un patrimonio histórico especial y no están tan invadidos por el turismo o son algo más difíciles de alcanzar que quizá ciudades más grandes u otros lugares.
San Pedro Cholula tiene un atractivo muy especial: una iglesia sobre una montaña. Y confieso -aunque no soy en absoluto religioso- que la iglesia y la vista desde la montaña me atrajeron tanto que fui allí a pasar el día. Aparte de eso, no hay mucho más en San Pedro Cholula, la verdad. Pero desde el principio.

Llegué con un sol radiante y un cielo despejado, caminé por las calles de San Pedro Cholula, tomé fotos, paseé por algunos mercados pequeños y caminé lentamente hacia la iglesia amarilla en la colina, así es, la iglesia amarilla. Por cierto, esta es la razón por la que la iglesia de San Pedro Cholula se considera especial. Es amarilla.
Poco antes de la subida, también está el letrero y luego es subir por un camino muy fácil y unas escaleras un poco más empinadas y ya estás ahí 😊.
La vista es – honestamente – fantástico y bien vale la pena la caminata. Como no podía entrar a la iglesia en ese momento porque estaba cerrada, decidí pasar el tiempo un poco y echar un vistazo por San Pedro Cholula – además tenía hambre 😀

En cuanto encontré un lugar relativamente acogedor para sentarme y comer -me había preparado unos bocadillos (sé alemán fatal)-, me di cuenta de lo mucho que se había oscurecido el cielo y del viento que hacía. Y sí, el pensamiento <<Gracias a Dios que hice una foto de la hermosa vista>> pasó por mi mente. Unos minutos después, se oyó un estruendo y el mundo a mi alrededor se perdió en la lluvia torrencial. Como suele ocurrir en México, no dura mucho. Estos chubascos suelen terminar en un máximo de 45 minutos y luego todo vuelve a secarse en un santiamén, el cielo se despeja y pronto parece que nunca hubiera pasado nada… aparte de que a menudo todavía se nota un poco la humedad, claro.

Así que después de la ducha – para ser honesto, no me apetecía estar de vuelta en Puebla hasta después de la puesta del sol – volví a la catedral y…. ¡La vista con puro sol y un cielo sin nubes era realmente genial! Pero el cielo, los colores, el ambiente y también como el sol luego se abría paso entre las nubes de nuevo…. Tampoco era de malos padres. El ambiente era sencillamente increíble y por eso hoy me alegro mucho de haber hecho fotos antes y después. Algunas de las fotos son preciosas, las otras son interesantes. No me gustaría perderme ninguna de las dos experiencias. Por desgracia, el interior de la catedral no era muy espectacular, sino más bien mediocre. Si no hubiera podido tomar estas maravillosas fotos de los alrededores cambiados, probablemente habría viajado de vuelta a Puebla un poco decepcionado. Así que charlé con mexicanos sobre el espectáculo en el cielo, tomé unas fotos maravillosas -es absolutamente necesario subir al mirador de la iglesia- y pasé un día maravillosamente redondo, llegando feliz de regreso a Puebla al final 😀 😊.
¿Ir o no ir? En realidad la iglesia de San Pedro Cholula y el mirador me parecieron una de las cosas que más valen la pena de las que he hecho en Puebla y sus alrededores. Por lo tanto ¡100%!